22/6/13

Es una lucha

Me iba a poner a ordenar el placard para ver si puedo cumplir una de las doscientas promesas de orden que me hago cuando empieza el fin de semana.

Pero preferí procrastinearla (?) un toque más escribiendo sobre las batallas de todos los días.

Una de ellas, como todos sabemos no vengo a contar nada novedoso,  es la que significa un acto tan sencillo como despertar y cambiar a una criatura.

Abre los ojos, me mira, le doy besos jugamos un ratito en la cama y ante mi primer intento de "vamos a cambiarnos el pañal?" NO, vamos a lavarnos la cara? NO vamos a lavarnos los dientes? NO, vamos a abrigarnos que hacen 10 grados bajo cero y después tosés como Sandro con epoc? NO.

Podría yo amigos, estar enunciando situaciones como la anterior hasta que el marido de Adriana Aguirre recupere la dignidad, pero quiero graficar como actos tan sencillos como el de higienizarse y cambiarse, para las madres de estos pitufos enajenados es difícil como usar un teléfono touch con guantes (ya lo intenté, no se puede).

Y mi pregunta ante todo esto es, porqué es un tire y afloje constante? No sería más fácil que te saques las lagañas de gato, que te abrigues, que me dejes peinarte la porra del pibe Valderrama?

Y seguramente no tengamos respuesta para eso, pero lo que si sabemos es que ante el mínimo abrazo, beso lleno de mocos, al mínimo gesto en donde te ves reflejada en ellos,  te olvidas de las batallas que todavía te tocan librar en nombre de la felicidad de los pequeños tiranos.

No doy consejos, pero estoy implementando el método distractivo del tipo: Mirá Piñon Fijo en bicicleta! Y le enchufás la campera y la bufanda con rapidez ninja (sin importar si el que pasaba era el afilador de cuchillos).




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