20/11/13

Cambios

El domingo pasado mientras disfrutaba las bondades del aire acondicionado tirada en el sillón, dejé el tele en una película bien pochoclera que se llama ¿Cómo lo hace?
Ahí Sara Jessica Parker, muestra como tiene que lidiar con su futuro profesional y el bienestar de su familia. De una manera exagerada expone las corridas, las desilusiones de los chicos cuando mamá tiene que viajar por trabajo en el mismo momento en el que iban a armar un muñeco de nieve (puede alguien pensar en los niños?) y muchas situaciones que se nos hacen familiares a todas.

La película no es nada del otro mundo, pero si tu vida corre por carriles "similares" a esos, no podés no sentirte identificada y empezar a preguntarte un montón de cosas que tienen que ver con eso. Cómo lo hacemos? Cómo hacemos para poder cumplir con nuestras responsabilidades profesionales, con el camino que le queremos dar a nuestra carrera, pero a la vez cumplir con el rol de madre presente, la que absolutamente todo lo puede, llega a las corridas a todos lados, pero deja contentos a jefes, hijos y esposos por igual.

Ahora bien, cuando dentro de un trabajo un padre deja cualquier tarea que está haciendo para acudir al pedido de ayuda de sus hijos cuando se sienten mal, se convierte en un padre amoroso, dedicado y para todos es un ser de una sensibilidad excepcional. Mientras que sí en esa misma situación la protagonista es la madre, no hay nada de maravilloso en eso, si no que está tomando ventaja de esto para desaparecer del trabajo unas horas antes.

Yo trabajo muchas horas, me gusta mucho lo que hago, pero la agenda apretada, de estructuras rígidas y ajustadas me está asfixiando. Al punto tal que si puedo escabullirme un minuto para cometer la locura de querer llevar a mi hija al jardín, se me estruja el pecho al ver como se le ilumina la cara ante la sorpresa de que su propia madre aparezca para ser quien de la mano recorra la media cuadra que nos separa del maternal. 

Cuando tuve que tomar la decisión de trabajar 12 horas de corrido y sin respiro, no lo dudé porque estaba en la lona, y ese dinero me proporcionaba la seguridad e independencia que necesitaba en ese momento para salir adelante sola con mi hija.

Hoy no se si puedo seguir haciendo este sacrificio. Sacrificio que a esta altura ya no se para quien es, si es para mi o para la empresa en la que trabajo, sobre todo porque entiendo que algunas condiciones no son negociables y no quiero tomar decisiones en estado de colapso nervioso, que oh si amigos lo siento cercano cómo el verano. 

Los cambios cuestan y los tableros no se patean solos,  es por eso que soltar a tiempo para abrazar otras causas un tanto más nobles tiene que ser una opción en este nuevo escenario.

Seguro no va a ser sencillo, pero empezar a visualizarlo es un paso grande, tan grande como la satisfacción de escuchar a tu hija decirle a la seño "Hoy me trajo mi mamita".






7 comentarios:

  1. No vi la pelicula Gi, pero me identifico plenamente con vos. En mi caso tampoco nos alcanza con el sueldo solo de mi pareja, no me queda otra que cumplir horario de oficina perdiendome de llevar a Santi al jardin, de ir a buscarlo, de ayudar a Fran con la tarea, de llevarlos a la plaza un dia de semana. Pero es muy lindo sentir ese calorcito en el pecho cuando Santi o Fran comentan que "mama me vino a buscar!"

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Sabés de que hablo.

      El tema es que yo estoy en un momento de crisis en el que ya no se si quiero perderme esos momentos. No puedo dejar de trabajar eso es obvio, y tampoco me haría feliz no hacer lo que me gusta. Lo que ya no puedo hacer es irme de mi casa a las 7.45 y volver a las 20,15 porque soy un zombie no existo, no estoy.

      Borrar
  2. Buenaaaa, no tengo niños pero te banco en la cruzada pateadora de tableros.

    Go Coló!, go!

    ResponderBorrar
  3. Es así Seel por esas intentaremos ir :) Feliz cumple a vos!

    ResponderBorrar
  4. Te entiendo perfectamente y me parece genial esa decisión que has tomado, yo ahora que volví al trabajo (que me encanta) me doy cuanta que me pierdo muchas cosas de mi pequeña y ya no la puedo llevar a la guardería, pero hago lo imposible por ir a buscarla y esa carita de alegría, emoción y ternurano me la pierdo más :)
    Besotes y animoooooo

    ResponderBorrar
  5. Ay Gi!! Vengo pateando tableros de toda la vida...pero sola o con pareja. Es muy dificil cuando uno tiene hijos y como bien decís...no sabés si no estás favoreciendo a alguien de afuera que nada tiene que ver con tus sentimientos. Yo pude tomarme los dos primeros años de Milo para estar con él pero igual elegí hacer cositas para mantenerme ocupada. Ahora quiero desesperadamente doce horas corridas!! jajaja. Te quiero colo!

    ResponderBorrar