23/1/14

Sacrificio y rock and roll

Una de las cosas que le vamos ganando a la vida con la edad, es la posibilidad de escuchar un poco más de lo que hablamos. O por lo menos es lo que me gusta pensar que voy haciendo con estos 30 años cumplidos.

Ayer tenía que ir a lo de M.

M. es la depiladora que se ganó mi corazón helado y ayer terminé de ratificar porque lo había hecho. La conocí el año pasado cuando el lugar al que me iba a depilar a menudo, se empezó a poner de moda, empezaron a expandir su negocio y conseguir un turno era más difícil que pedirle a mi hija que se dejara desenredar los rulos sin recurrir a algún acto extorsivo.

Su local estaba más alejado del centro y en la vidriera se enumeraban la inagotable lista de cuidados de belleza que brindaba M. No sólo me atendió sin turno a primera hora de la mañana sino que me dio su teléfono para que yo la llamara cuando necesitara turno de acuerdo a mis raros horarios nuevos.

 La depilación no es el momento más placentero de la vida, pero ella también me hacía masajes, me hacía los pies y esas cosas necesarias para vivir en sociedad. Tantas horas pasadas con ella hacen inevitable que ese pequeño espacio montado para tales fines no se convierta en un lugar de intercambio de historias.

M. es una mujer separada, con un hijo de unos 10 años, que se cansó de que su marido no pudiera hacerle frente a su familia para defenderla a ella en una y mil agresiones. Sin absolutamente nada de nada, se fue con su hijo y ahí comenzó el camino del sacrificio puro, como si algunas de las cosas que tuvo que atravesar en el pasado no hubiesen sido suficiente. Me contó como en los momentos más difíciles ella le daba su plato de comida a su marido, porque necesitaba fuerzas para ir a trabajar, cómo a pesar de la vergüenza que sintió al principio vendía diarios con él como uno más en la calle y cómo en momentos de desesperación total cuando no había nada para poner en la mesa, vendía botellas en la calle.

La vida le exigió una vez más que se pusiera al frente de todo. Empezó a tomar cursos de depilación, maquillaje, reiki, piedras calientes, masajes, uñas esculpidas etc. todo sin descanso viviendo con su hijo en un espacio de dos x dos literalmente. Con una amabilidad pocas veces vista por estos días, trabajó día y noche sin exagerar para sacar adelante su emprendimiento. Se topó lamentablemente con una propietaria que le pidió sin mediar demasiadas palabras irse del local que ocupaba y así salir de buenas a primeras a buscar un nuevo espacio para vivir y trabajar.

Casi al borde de la desesperación cuando todo se tornaba negro y parecía que la única salida era volver derrotada a la casa de su ex marido para no quedarse en la calle con su hijo,  apareció un lugar más económico que le permitía poner su negocio y seguir remando sin tener que perder todo cuanto supo conseguir.

Ayer fui, el lugar demuestra en cada modesto detalle que ella sola hizo prácticamente todo, que pinto. lijó, clavó  cuanto pudo para ahorrarse los gastos que suponen contratar a un "y cuanto te puedo cobrar..." .

Todas sus clientas anteriores la siguieron, mujeres mayores, señoras "bien", chicas jóvenes etc. y lo pude corroborar, porque todavía no inauguró pero ya la llaman desesperadas para que igual las atienda.

Su cuerpo tradujo en muchos kilos encima las angustias de tantos años y con mucha timidez me dijo que se quiere ocupar de ella, que hoy se sienta en este local nuevo y se le caen las lágrimas por ver como de no tener para comer llegó a ser la dueña de su propio negocio.

Yo y muchas más, seguimos como clientas fieles, debe ser la edad que me está ablandando.
No quiero exagerar pero creo que hasta duele menos la cera de M. que la de los otros locales cancheros que surgen como hormigueros en la ciudad.








8 comentarios:

  1. Lo lindo de seguir encontrando personas entre la gente. :)

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    1. no podría estar más de acuerdo, es una persona muy querida por todas las que allí pasamos.

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  2. La verdad que estas historias me dan ganas de seguir con mi emprendimiento. Me hacen confirmar que hice bien en elegir ser emprendedora. Este año quiero retomar los estudios (estudio Letras) y comencé con mi emprendimiento el año pasado para que nada me trabe la posibilidad de retomar.
    Genial total M.!
    Que bueno que volviste G!!!
    Besos!

    Carlaina!

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    1. Esos son los ejemplos que te muestran que el camino mil veces es ese, el más difícil pero el más gratificante.

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  3. Que linda historia! tanto sacrificio valió la pena. Es una mujer con todas las letras.

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