28/2/14

de la vida...

Llega un momento de la vida en el que afortunadamente podés cuestionarte ciertas cosas que dabas por sentadas o que ni te preguntabas en otra situación.

Tener hijos no te hace ni mejor ni peor persona, pero lo que puedo asegurar es que te ubica en otro lugar muy diferente, seguís siendo la misma pero con las prioridades reubicadas.

Se supone que alrededor de los 30 años ya tendríamos que tener un par de cuestiones resueltas, casa, trabajo, pareja etc. Pero no, no siempre es así. Cuando la balanza se acomoda por un lado a veces se desacomoda por el otro y así todo el tiempo, situación que cuando tenes hijos puede ser el motor que te empuja a salir de esa encrucijada o generarte los miedos que no habías sentido antes por nada.

Lo que si me parece importante en este punto es poder ser la que toma las  decisiones sobre mi vida, sean las que sean no dejarme llevar por la corriente, por lo que se supone tendríamos que hacer o lo que se espera de nosotros.

No creo en nada en particular,  no soy un ser demasiado espiritual, no me aferro a nada en momentos difíciles esperando que me salven milagrosamente, me parece una situación un tanto cómoda la de enmendarse a algo a alguien para resolver temas que están acá y ahora.

No se bien sobre que trata esto que estoy escribiendo, pero creo que tiene que ver con que las cosas no se si pasan por algo o por alguien. Lo que si espero es que las que estén en mis manos pasen de la manera que yo elijo o decido. Yo y nadie más que yo.



0 comentario(s):

Publicar un comentario