27/5/15

Ni una menos y muchas más

En días de #niunamenos con nuevas muertes absurdas de mujeres en manos de hombres, he leído y escuchado muchas voces.
Voces autorizadas, voces inteligentes, voces para la gilada con discursos caretas que tienen menos peso que un pañal meado de mi hija.

Voy a marchar con mis hijas el 3 de junio, sin dudas, y voy a seguir compartiendo en mis redes sociales ilustraciones y notas que toquen el tema con perspectivas que construyan.

Pero qué pasa mañana, que pasa el 4 de junio.
¿Qué pasa cuando tenemos que seguir dando explicaciones sobre el termino feminismo?
¿Que pasa cuando en una rueda de hombres que laburan de lo mismo que vos te gritan malcogida si exigís igualdad?
¿Qué pasa cuando en el laburo si decís que te tenés que quedar cuidando a tus hijos enfermos te miran de reojo lanzando advertencias veladas sobre tu profesionalismo?

¿Qué pasa?
Y lo digo en serio, porque no solo lo pienso, si no que lo vivo. Lo vivo yo, mis amigas, mujeres con las que me cruzo todos los días. Porque siento que la discusión está incompleta en un montón de cabezas.
Porque hay que hacerse cargo de lo que somos y si te tildan de feminista créeme que no es algo malo y que seguramente es porque estás reclamando el mismo trato o justicia en las condiciones en las que nos desenvolvemos ambos géneros.

Escucho mujeres más grandes que yo diciendo que en esto de pedir igualdad terminamos perdiendo porque nos cargaron con más trabajo que antes.

Es simplemente porque todavía no la obtuvimos. Porque  estamos siempre haciendo malabares entre la madre, la profesional, la mina y la boluda que se tiene que quedar callada cuando le gritan la peor barbaridad desde un auto, un forro que se cree con el derecho de hacerlo.
No, no me grites, no me levanta la autoestima y si sos un viejo que te cabe gritar por la calle, de mi parte bancate que te deje en evidencia adelante de todos. Ah no pero eso tampoco lo podés hacer porque estos están tan sacados que capaz te tildan de loca y feminista.

No tengo demasiados problemas en que me tilden de feminista falopa, en serio por algún lugar hay que empezar, yo empiezo por casa. Esquivo comentarios boludos y trogloditas respondiendo: ah no se, en mi casa se curte la igualdad. Porque no es un discurso, simplemente sucede.

Las invito a que aunque sea lo piensen para  laburar en los estereotipos de todos los días. No se trata solamente con no dejar ser princesas a las nenas, se trata de que podamos enseñarles otra realidad, para criar mujeres que puedan querer ser algo más el día de mañana y varones que si juegan con muñecas no se las quieran sacar porque mirá si le pica el bicho de la putez.

Ni una menos, y por favor muchas más pensando en maneras de aportar para erradicar la violencia simbólica.



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