Es nuestro destino, nacimos para
esto, es el deseo que todas tenemos, si amiga, a vos te parece que no pero sí,
es él deseo que “naturalmente” todas tenemos.
Ese binomio mujer –madre están
siempre juntos, de la mano, con años y años de tradiciones que se han encargado
de señalar a las que osan ir en contra de esto a llamarlas las desnaturalizadas.
Porque mujer es sinónimo de
emociones, de hogar, de hijos, siempre con la necesidad de otro (varón) que la
guíe para pensar correctamente.
Siempre cuando se habla de la
maternidad, se habla del deseo de ser madres, hasta del instinto esa cosa que
nos compara con animales y sólo me hace pensar en un chimpancé acunando una
cría.
Ahora cuando hablamos de aborto
no hablamos jamás del deseo a abortar ¿Y entonces que lleva a esas 500 mil
mujeres qué se practican abortos al año en la argentina a hacerlo, si no es precisamente el deseo en
su estado más puro, más urgente?
Lo desean tanto, que de hecho
apelan hasta los métodos más indignos para lograrlo. Las mismas prácticas que
las arrojan a guardias de hospitales
intentando luchar por sus vidas.
Pero no se puede hablar del deseo,
porque ahí está ese hermoso invento
social llamado culpa, para recordarnos que no querer continuar con la gestación
de ese embrión nos convierte en seres
atroces. Y hasta nos van a querer convencer de que nos evitemos ese “síndrome
post traumático post aborto” que no existe y los estudios que lo avalan sólo
son los provenientes de instituciones eclesiásticas, para el universo
científico esto no forma parte de sus estudios y el estrés y el trauma sólo se
relacionan con la clandestinidad en la que hay que realizar esta práctica
médica.
Somos asesinas de bebés ¿De qué
bebés me hablan? ¿Por qué somos tan hipócritas que nos importa el feto o el
embrión pero después si nace ya no es cosa de los “pro vida” si no de la que
quedó embarazada y tendrá que ver cómo se las arregla para sostener a ese niño,
niña una vez arrojado en este mundo?
Creo profundamente que nada se
debe desear tanto como abortar, tenemos que guardarnos ese dedo acusador y
empezar a pensar que no toda gestación es una maternidad, porque si no esas
mujeres que adoptan no serían madres. Mi deseo lo corporiza, no la gestación.
Podría vomitar acá tantas cifras
que demuestran que es más peligroso parir que abortar. Y espero no tener que señalar que hablo de
ese aborto, de esa práctica médica que está legalizada en muchos países del
mundo.
El aborto es legal en países como
Italia en donde reside la cúpula de la iglesia católica. Porque sabemos que son
esos curas que se meten con la decisión sobre nuestros cuerpos cuando: primero ellos
ni siquiera pueden ser padres y segundo a ningún hombre se le exige dar la vida
por otro cuando su propia vida está en
riesgo. A nosotras sí, a nosotras eso si nos lo piden.
Basta de pensar que las mujeres
que recurren a pedir un aborto no punible son locas que se embarazan por
embarazarse. La Dra. Stella Maris Manzano, dice algo que es muy claro, a su
consulta llegan mujeres mayores de edad, mujeres que han pedido el diu y no se
lo dieron, mujeres que saben que no van a poder mantener ese hijo porque ya tienen
otro y son madres solteras, miles de casos y ejemplos que muestran que llevar
adelante esos embarazos pone en riesgo su salud psíquica y física y por ende se
pueden practicar abortos no punibles sin que el médico pueda querer tutelar
sobre la mujer frente a esa decisión.
Esas mujeres desean un aborto. El
deseo visto como una necesidad urgente. Basta de decirlo a medias, desean un
aborto y el Estado tendría que garantizarles las condiciones para realizarlo.
Les dejo este link de una nota a
la doctora que cuenta la particular situación de su provincia y da esas cifras
de las que yo hablo cuando digo que es más riesgoso parir que abortar
Si tan solo nos dejaran elegir,
si nos dejaran decidir sobre nuestros cuerpos, seguro otra sería la realidad de
muchas mujeres. Amiga, amigo no se me sienta agredida por esto que escribí
usted si no quiere no aborte, nadie se lo pide, yo no me ofendo si usted quiere
rezarle a todos los santos en los que yo no creo, usted no se ofenda si yo
quiero decidir sobre mi cuerpo que es solo mío, ni de dios, ni de un patrón, ni de mi marido.
No podemos esperar a que la
sociedad madure para dar este debate, este debate es ahora. Y yo sé que estoy
del lado de los buenos en esto.
APLAUSOS!
ResponderBorrarKE DESIRTE HAMIGA? Es complicado el asunto. Personalmente a mis 16 tuve la "opcion" de abortar y muy a pesar de mis viejos hoy Franco tiene 13 años y es el amor de mi vida. Ojo, a Fran lo aman con locura desde el momento en que lo vieron x primera vez y por obvias razones lo criaron ellos, yo soy su mama a partir de que dejamos mi casa paterna. Si me perdi cosas tipicas de la adolescencia a pesar de que siempre conte con mis viejos. Pude terminar la secundaria, he ido a bailar, pero siempre teniendo que cuidarme y rescatarme un poco mas porque alguien dependia de mi. Hoy, con 30 años, si viene una borrega con una situacion (y me paso, amiga de mi hermana) y me pide un consejo, no veria mal la idea del aborto. Por eso, este debate es mas que complicado. De todos modos pienso que a veces y en algunos casos el aborto es la salida mas facil para tapar una cagada, un descuido.
ResponderBorrarYo creo que siempre existe la posibilidad del error. No creo en absoluto la postura del ah te gustó coger ahora jodete y tené ese bebé, no es así no es justo para nadie, y por nadie digo esa mujer a quien se obliga a seguir adelante con la gestación. Elegir siempre tendría que ser una opción con respecto a nuestro cuerpo sin importar las objeciones de conciencia del otro. Hay que erradicar esa ridiculez de que si el aborto se legaliza la mujer lo va a usar como método anticonceptivo es una burrada sublime.
BorrarClaro que es una burrada, igual que cuando salió el matrimonio igualitario pensaban que hordas de putos y tortas íbamos a casarnos. En relación al aborto miles de mujeres mueren en nuestro país a causa de la clandestinidad de la práctica. Eso sumado a que no se cumple el protocolo de aborto no punible. Es necesario para el derecho de todas las personas saldar esa deuda histórica.
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