Los
rumores en el ambiente eran conocidos, se sabía que la empresa
estaba negociando hace meses retiros voluntarios para aquellos
trabajadores que estaban en la puerta de su jubilación. Tensiones,
idas y vueltas pero no se avanzaba en las negociaciones.
Finalmente
ayer, se sintió el masazo, la “consecuencia” como expresaron
ellos en unas pocas lineas donde relatan el porqué, no de los
despidos, si no de la transformación radical que el medio tiene que
hacer. En papel, ahora sólo saldrán tres veces por semana.
Y
en el medio los trabajadores, en el medio la consecuencia la pagan
siempre los trabajadores, fotógrafos, periodistas, diagramadores,
redactores, no discriminaron en ningún rubro, el recorte fue feroz.
No
me siento con el derecho a hacerme la consternada, porque a mi no me
llegó ese telegrama, a mi no me ocurrió esa infamia de estar
ocupando mi puesto de trabajo y que me vengan a decir qué muchas
gracias, pero desde el día de la fecha prescinden de mis servicios.
Esta
nota que publica hoy lanueva.com intenta convencernos una vez más,
que esto era necesario ¿a quién les hace acordar?
http://www.lanueva.com/la-ciudad-impresa/870027/la-nueva-en-version-impresa-saldra-tres-dias-por-semana.html
No
seamos tan ingenuos de pensar que esto ocurre porque sí, esto se da
en un contexto nacional, donde comenzaron echando trabajadores de
dependencias estatales con la excusa y el patético argumento de los
“ñoquis”. Esto sucede enmarcado en las políticas neoliberales
de ajuste donde el salario del trabajador es un costo que hay que
corregir.
La
solidaridad que le quiero transmitir a aquellos que se quedaron sin
su fuente de trabajo, tiene gusto a poco, los mensajes escritos por
colegas en las redes sociales también. Yo escribo esto, desde uno de
los espacios que más dignidad me da día a día, mi trabajo. Que no
pase un solo día más, sin que estos trabajadores recuperen lo que
por derecho les corresponde.
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