Casi (muy) feliz

Yo creo que todo esto vos tenés que volcarlo en algún lado, me dijo Ana mi psicóloga, cuando le dije que estos 40 años recién cumplidos me tenían casi feliz.

Casi feliz es un montón. Releyendo entradas viejas de este blog que es una ensalada  que muy pocos entenderán o les resultará atractivo, pero tanto tiene que ver conmigo. Maternidad, parejas, divorcios, política, feminismo y miles de etcéteras más. 

Tendría que ver bien en que momento empecé a escribirlo, pero fue inevitable que todos los temas se fuesen tejiendo entre sí, hasta devenir en este espantapájaros de entradas sobre las cosas que le fueron pasando a mi vida y todo su contexto.

Vuelvo a la pregunta que  me tiene sentada de nuevo acá: ¿que te dejaron estos 40 años? y me salió decir que soy casi feliz, porque la falta siempre está y nunca somos felices del todo, todo el tiempo.

Puedo ver quien soy, me reconozco en las cosas que me pasaron en estos últimos 12 años, la cifra no es aleatoria porque en el 2010 nacía Amparo y todo iba a cambiar.

Las cosas que viví, las que superé, las personas que dejé en el camino, el amor que recibí, la gente que me abrazó a mí, a mis hijas, todo se agolpa de una manera inevitable cuando escribo esto. 

Quiero mucho a esta María Gisela de 40 años, quiero mucho las decisiones y los errores que cometí, quiero mucho mi intensidad y agradezco tanto el lugar y la familia en la que nací.

Quien les dice que estas cuatro décadas me hagan volver a tirar pensamientos mixeados por acá, después de todo nunca es tarde para nada, menos como leí esta semana para que la vida te tenga preparado algo inesperado.

Para esas que están entrando en esta década y tengan hijas adolescentes les dejo el chiste que me hizo la mayor para que abrace mi edad.

- ¿Má vos viste el payaso ese que se esconde de las viejas?

- No...

- Por algo habrá sido.