La violencia simbólica es un concepto que fue acuñado en la década del 70 para describir una relación social, donde el dominador ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa, en contra de los dominados y dominadas, los y las cuales no la evidencian y son inconscientes de estas prácticas en su contra.
Este tipo de violencia que se ejerce de una manera tan sutil, a veces, es la más difícil de identificar precisamente porque es capaz de colarse en nuestras vidas cotidianas sin que podamos detenernos a analizarla.
Quizás tendría que hablar en pasado porque la cuarta ola del movimiento feminista ya no deja a nadie ajenx de las desigualdades y la opresión a la que mujeres, niñas e identidades disidentes son sometidas.
Los medios, la publicidad, el transporte público, el ámbito laboral en todo está presente.
El patriarcado cruje pero no termina de caer, las sociedades reaccionan pero la parte más reaccionaria y conservadora no va a ceder sus privilegios tan fácilmente.
Tener que hablar de concursos de belleza, de elecciones de reinas y similares me aburre. Porque pensé que era un tema superado, porque muchas ciudades a fuerza de marea violeta, de conveniencia política o de quizás genuina adecuación a los tiempos que corren decidieron eliminarlos de sus festejos populares.
Error mi querida, vas a tener que escribir sobre esto porque tenés en tus manos el "reglamento para la elección de la embajadora de la fiesta nacional del ajo 2018".
Eufemismo: nombre masculino
Palabra o expresión más suave o decorosa con que se sustituye otra considerada tabú, de mal gusto, grosera o demasiado franca.
Este año Villarino va a elegir embajadora, nada de reinas de belleza no sea cosa que estas feministas salgan a decir que se está infringiendo la ley 26485 al reforzar patrones que promueven y sostienen la desigualdad de género.
Entiendo que la utilización del término embajadora busca despegar este concurso de un certamen de belleza y que la ganadora -¿por qué no está permitido el ingreso de varones y otras identidades?- tendrá que ser la encargada de promocionar y representar al distrito en otras fiestas tradicionales.
Ahora bien, vamos al reglamento, las candidatas tienen que ser solteras y no tener personas a cargo, o sea no ser madres. Tener entre 16 años (menores de edad) y 25, esa edad en dónde nuestros cuerpos son deseables y consumibles. Déjenme decirles a quienes escribieron ese reglamento que hasta un tanto vagos han sido, porque en su artículo 5 piden que la candidata a embajadora no tenga otro título de belleza.
Avanza el reglamento y se nombran coronaciones, misses, reinados y explícitamente la imposibilidad de la embajadora de concursar en otros certámenes de belleza REALLY?
No quiero detenerme en cada artículo porque es a la claras una copia de los tantos reglamentos que los municipios usaban para permitirle a las candidatas acceder a la corona, sólo que esta vez eligieron un eufemismo: embajadora.
En donde si me quiero parar, es en dónde dice que queda terminantemente prohibido que la embajadora y sus acompañantes (esas vienen a ser las princesas) usar o contestar celulares, ingerir bebidas alcohólicas, fumen, bailen y/o hagan manifestaciones de afecto con amigos o novios (lesbianas abstenerse).
Me van a tener que disculpar queridos amigxs de villarino pero este reglamento no pasa ni el test de sexismo del programa de Tinelli.
El patriarcado y la sociedad de consumo determinan lo que es deseable, una mujer de unos 16 a 25 años, con un determinado cuerpo, con conductas sumisas que no alteren ni amedrenten a los varones. Es eso o no somos mujeres válidas.
Ese es el mensaje, esa es la narrativa que se repite en estas situaciones, la que los medios refuerzan, la que la publicidad nos vende y que le han arruinado la vida a niñas y adolescentes por el solo hecho de no encajar en esos patrones inalcanzables. Porque cuando llegues ahí el patriarcado te va a presionar pidiéndote algo más.
Con una simple búsqueda en google se pueden leer notas que explican porque tantos municipios abandonaron estas prácticas reproductoras de estereotipos anacrónicos que nada tienen que ver con el cambio político y social que vivimos.
Así que amigos y amigas del partido de Villarino este próximo mes de noviembre fíjense si quieren quedar del lado de quienes le dicen a las mujeres que son floreros, que han venido a este mundo para agradar, y no más que eso o van a dar un salto adelante en este inmensa lucha cultural que busca la igualdad política y social de los géneros.
La invitación está hecha.
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