13/6/13

Mi amigo el puma

Así lo titularon el 99% de los medios locales. Que pelotudos.

Una mañana fresca, un poco nublada y con una llovizna que se te cagaba de risa en la cara.
Armar la agenda de la mañana, agarrar la agendita, los dos teléfonos, el micrófono y a la calle. Fue de esas mañanas en las que no hay nada, hay que andar inventando,  preguntando a los otros que laburan en la calle: - Che tenés algo? Una vieja de 105 años violada,  no se algo? Nada. 
Hasta que empezó a correr el rumor de que en uno de los barrios más alejados y humildes de la ciudad un tipo había amanecido con un puma en el garage.

- Ruso, vamos para Stella Maris, dicen que hay un puma, ojo igual que lo dijo Q. (eso podía significar que podía ser un gato capón y no un puma, si total un felino era).

Los demás medios estaban en la misma que nosotros, era la noticia del día. 

El tipo se depertó a ver que carajo era lo que hacía tanto ruido en el garaje de la casa donde había un Cheavy viejo tirado y se pegó el cagazo de su vida. Un puma, más asustado que él, lo miraba atrás del cacharro viejo.

En cualquier caso de estos, por más que hablemos de un puma o una chinchilla vamos a encontrar dos cosas: boludos del vecindario mirando y boludos con cámaras y micrófonos haciendo lo mismo pero por trabajo. 

Todos en platea baja mirando como dos intentos fallidos de dardo tranquilizante erraban al blanco. El tercero acertó. Ahora había que sacarlo de ahí. 

Este laburo si bien te va dando destreza para algunas cosas te da poca viveza para reconocer el peligro.
 Es un puma, me pueden explicar que hacemos todos atrás de una pobre y flaco alambrado esperando que saquen al bicho?
Un intento por acá otro por allá y nada. Se nos pasaba la mañana y había que seguir con las notas, vamos que pase algo.

Y pasó.

No me preguntes como mierda pasamos de estar parados charlando de la velocidad del chancho, a tener que salir todos cagando para todos lados porque el puma se sintió amenazado, atravesó el alambrado y a correr por la calle señores.

Yo de tacos, obvio, porque podré vivir con una pierna menos después de ser mutilada por el felino, pero como dice Claradedía (una amiga) antes muerta que sencilla. Corrí sin mirar atrás, apretando cada musculo de mi extensísimo cuerpo. Hasta que dije: - tengo que mirar para atrás porque si viene para acá de todas maneras me va a alcanzar. Me di vuelta y ahí vi como el puma corría un tanto atontado para la dirección opuesta.
Me di cuenta de dos cosas en ese instante de lo buena que era para correr en tacos y de lo grande que era el bicharraco ese. Pude ver como le pasaba por el lado, al ladito a un nene de no más de 12 años. La gente corría, los dos del zoo también, los camáras, pibas con nenes en los brazos,  todo un quilombo magistral.

Lo que pasó después fue todo más penoso y terminó en una causa judicial. Vecinos comunes armados (hola si que hacés tengo un arma en la cintura WTF!)  y un viejo baqueano, que a la postre nos terminamos enterando que era el dueño de la "mascota", lo terminó ahorcando. 
Un final espantoso para el animal, sumarios internos para algunos, crónicas de todo tipo en los medios y el cagazo del año para otros (para mí).

Igual eso no había sido lo peor. Lo peor fue escuchar todo el día la canción "Mi amigo el puma" en cuanto medio local existiere, porque si algo nos tienen que reconocer es que somos mas predecibles que final de dibujito del Coyote y el Correcaminos.



Les dejo la versión que hicieron los capos de Molotov para el disco tributo a Sandro.


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