10/12/13

yingunbels

Yo soy #NavidadTeam por excelencia, me gusta, no lo puedo evitar.
Amo el árbol de navidad, las luces de colores, amo ver siempre las mismas notas sobre los desubicados que somos por comer esas comidas que nada tienen que ver con los 38 º que marca el termómetro y amenaza con subir.

Amo la mentira de Papá Noel. Si “la mentira”. Recuerdo la felicidad mía y de mis hermanos cuando escribíamos las cartas pidiendo alguna cosa a veces un tanto irracional y otras un poco más a corde a nuestra realidad (siempre recordaré la Xuxina que tanto pedí).

Y también recuerdo con muchisima ternura el microsegundo en el que aparecían los regalos en el árbol, ahora hay que reconocer que o nuestros viejos eran una especie de Usain Bolt patagónicos o nosotros eramos más pelotudos que perro nuevo porque nunca jamás nos dimos cuenta de nada.

Todos esos para mi son recuerdos maravillosos, que puedo describir con una exactitud impresionante, como no puedo hacerlo de tantos otros momentos de mi infancia. Y no, no tengo un sólo recuerdo de tristeza, desolación o de querer la cabeza de mis viejos en una pica por haberse atrevido a mentirme en la cara con la existencia de Papá Noel. Ni yo, ni mis hermanos ni ninguno de todos mis primos y creanme que eramos muchos.
Los más grandes se hacían los cancheros con los más boludones, pero no recuerdo a ninguno tirándole la posta al ingenuo de turno.

Así que háganme la caridad de no ponerse en moralistas ahora de que no le van a decir mentiras a sus hijos de algo que no existe y bla bla bla porque les juro que son tan pavotes como los que le regalan un jet ski a un pibe de 5 años.

Para mi la navidad es:

-olor a río
-pasto recién cortado
-pólvora de algún chasquibum o bolón tirado contra el portón de casa.
-mi hermano quemándose los dedos con un triangulito engualichado.
-Moyano (vecino de la esquina) quemando el equivalente a un renault 12 modelo 89' en pirotécnia.
- mi tía bailando Gilda en patas en el patio.
- las sobras del 25 que a duras penas podíamos tragar cuando conviviamos con las primeras resacas.
- mis abuelos vivos, lúcidos, hermosos.
- mi papá poniéndome cara de orto cada vez que me servía la bebida de turno, hoy tengo 30 y me lo sigue haciendo.
-mi mamá organizando todo y prometiendo que nunca más se hacía en casa, un año más.

Es todo eso y mucho más, so keep calm y enchufá el arbolito.




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