19/4/16

Para los normales y para los otros


Una suma de frases infelices, una suma de errores que pasan como agua bajo el puente, corren y se apilan una arriba de la otra, son satirizadas por un lado, intentan ser justificadas con argumentos tan falaces como mezquinos por el otro.

Abro los ojos, releo la frase, quiero chequear si es un chiste o una ironía de esas que la revista Barcelona maneja mejor que nadie. Pero no, es una frase de la vicepresidenta de la nación, "la droga mata a los pobres, como a la gente normal". No la sacaron de contexto, no me termina de parecer una locura porque en su esencia lo piensa, lo siente. 
Los pobres, los otros, a los que hay que ayudar con el manto de la caridad, esos que en estos últimos años se ungieron de derechos, pero que las clases económicas dominantes que ahora son gobierno, creen que sólo necesitan de las migajas y la misericordia que ahora van a ser capaces de brindarles.

El mismo presidente ayer hablando frente a un grupo de empresarios, esos mismos que hicieron una fuerza sorprendente para llevarlo a donde está, les pidió que frenen los aumentos de precios, que ayuden con inversiones, que esa es la capacidad que Dios le dio a estos magnates. Supongo que aquellos que profesan alguna religión, les debe hacer un poco de ruido ver a Dios íntimamente ligado a la acumulación de capital financiero como propósito en esta tierra.

Apago el televisor, prendo la computadora y reviso las redes sociales, esas de las que los comunicadores no podemos prescindir. Nado en un mar de noticias, de esas que no vas a leer en los medios hegemónicos, nuevos despidos, más declaraciones paupérrimas  de funcionarios refiriéndose a la necesidad de aguantar hasta cinco años para salir de esta "situación", a otros funcionarios poniéndose en el lugar de ajenos a tragedias de las que si no son responsables, mínimo son quienes tienen que convertirse en protagonistas de la búsqueda de justicia.

Apago todo y escribo, escribo como un ejercicio, como una necesidad, como una manera de paliar la angustia que muchos sentimos frente a una gran arca que nos tiene adentro de una tempestad de la que nos habíamos alejado a fuerza de derechos obtenidos y dignidad para todos.

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