De repente todo lo que era
seguro, tu lugar, tu trabajo, tu sueldo cambia. Te quedás sin sueldo, sin aire,
sin respuestas de parte de quienes eran tus empleadores.
No bajás los brazos y todos los
días vas y luchas por tus derechos, por el de tus compañeros y compañeras.
Reman todos juntos, se ponen el medio al hombro mientras los inescrupulosos que
se sirvieron de la pauta oficial, abandonan el barco como las ratas que son.
Como las ratas que solo saben ser.
Salís adelante gracias a que el
de al lado tiene el mismo miedo que vos de no poder llevar más el mango a casa.
De a poco y no sin pelear mucho, salen a flote, como pueden, los que pueden.
Pero no termina todo ahí los palos siguen llegando de todos lados.
Poco después de la medianoche de
este lunes, una patota comandada por Mariano Martínez Rojas, ingresaron a la
sede de Tiempo Argentino y Radio américa, destrozando buena parte de las
herramientas que son vitales para el trabajo de los compañeros.
Martínez Rojas, a principio de
este año habría comprado Tiempo Argentino y Radio La Red a Sergio Szpolsky y
Matías Garfunkel, quienes habían dejado de pagar los salarios hace por lo menos
7 meses. "El inmueble no pertenecía al Grupo 23, era alquilado, y Martínez
Rojas tenía un contrato de alquiler rescindido, por lo que bajo ningún concepto
puede tratarse de un desalojo", aclaró uno de los delegados de la
cooperativa de trabajadores.
Las conductas patoteriles, anti
democráticas, y cobardes como la de esta madrugada, tienen que ser repudiadas por
todos y todas ó ¿en donde están aquellos que en la última década se hacían los
amordazados?
Sabemos que los odiadores de
siempre sacan la carta patética, “escribían para la corona“ como justificativo para lo que está pasando.
No repudiar estos ataques es lo mismo qué atacar la libertad de expresión.
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